Educando para el cambio climatico y la sustentabilidad, oportunidades de innovación en los territorios de la cuenca del Rio Piancó-Piranha-Açu en Brasil y la Alta Guajira en Colombia.
adaptación climática; currículo escolar; semiárido; política educativa
América Latina presenta varias regiones en condiciones de alta vulnerabilidad climática,
incluyendo el noreste de Brasil y el norte de Colombia. Regiones susceptibles a los efectos del
cambio climático, principalmente porque su territorio está en el semiárido, territorio caracterizado
por procesos de sequias largas y seculares que vulneran estas regiones desde el punto de vista
socioambiental y climático. En la actual emergencia climática se deben valorar políticas públicas
y planes institucionales que posicionen estratégicamente esta problemática. Para generar cambios
de comportamiento y culturales que potencien la construcción de conocimiento orientado a la
adaptación climática. Aunque aparentemente los procesos de enseñanza y aprendizaje aún no
incorporan la perspectiva de la educación ambiental y climática como condición para ampliar la
conciencia transformadora de los sujetos frente a las problemáticas socioambientales
contemporáneas. En ese sentido, considerando el territorio de la cuenca del río Piancó-Piranha-
Açu en Rio Grande do Norte, y la cuenca alta de la Guajira de Colombia son evidentes los límites
de desarrollo por cuestiones sociales, económicas, ambientales, políticas y culturales que
subestiman la educación ambiental como estrategia de formación individual, colectiva y
comunitaria. Por lo tanto, el objetivo es reflexionar sobre cómo se visualiza el cambio climático
en la escuela, incluyendo los límites del currículo y lineamientos educativos en la comunidad
escolar (alumnos, docentes, familia y directivos escolares). Asimismo, la sociedad necesita
brindar mecanismos horizontales y participativos que nos orienten hacia una educación
adaptativa efectiva ante los impactos de los eventos climáticos extremos en el semiárido de Brasil
y Colombia. La agenda educativa necesita anclarse en las discusiones sociales y las crisis
contemporáneas de las sociedades globales, pero también en sus especificidades regionales y
locales. Por lo tanto, las instituciones necesitan incorporar el cambio climático en los diferentes
niveles de implementación del currículo y en el ciclo de formación de políticas públicas.
Esperando que los elementos curriculares sean fundamentales en el desarrollo social del debate
sobre el cambio climático y en la formación de la ciudadanía ambiental. Esta integración debe
estar vinculada al contexto de la región y su transversalización en el currículo escolar. También
es relevante capacitar y actualizar a docentes, y funcionarios estatales en los conocimientos,
temáticas, acciones y herramientas necesarias para enfrentar el cambio climático, tanto desde las
comunidades educativas como desde la gestión adaptativa institucional. El Estado necesita
proponer políticas transversales e interdisciplinarias que inhiban las consecuencias del cambio
climático, y en consecuencia los problemas sociales y ecológicos de la región.